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Ellos Siguen Ahí (2013)

by ChePayaso

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1.
Entra en la habitación paseando la mirada. Se siente Dios cuando, a las seis de la mañana, se dice: “Toda esta fiesta es para vos” Polvo de sueños flota en el aire. Futones con huríes masticables. Flashes crudos, mal franela. Inverosímiles detrás de escenas. Tiene a su Epstein cortacabezas que le hace la joda por debajo de la mesa. Esta sacado, descontrolado. Es una fiera; no lo pueden parar. Explota el estadio, sube al escenario; la noche que crece y estalla a sus pies. Y empieza a gustarle y se va acostumbrando y ya no hay ovación que le apague la sed. Se va a jugar con las estrellas -¿quién habló de un caparazón?- Se va a jugar con las estrellas. Mírenme y admiren dónde estoy. Soy un torito de allá, de la pampa. Vengo a darles la mejor canción de acá. Pico a las intimas neuralgias matinales. Viagrazo para los pocos nervios vegetales que quedan viviendo a la luz de un farol. Trucos del alma, inspiraciones. Química celestial para canciones. Pases brujos, mantracueva. Viejas alquimias para magias nuevas. Llega al Faena a mostrar “lo nuevo” que es, otra vez, una patada en los huevos. Son sucursales: todos iguales. Son la mentira del rocanrol. Explota el estadio, sube al escenario y la noche que se ha derrumbado a sus pies. El pico y la pala pa´matar el hambre y el miedo cretino a desaparecer. Se va a jugar con las estrellas -¿quién habló de un caparazón?- Se va a jugar con las estrellas. ¡Miren! ¡miren! ¡miren dónde estoy! Soy el mejor torito de la pampa. Vengo a darles la mejor canción de acá. Se viene agarrando, se viene cayendo. Vayan a buscarlo que su tumba está gruñendo. Bienvenido, bienvenido, amor, a un juego desquiciado. Que no te explote esta timba (que no te explote en las manos)
2.
Circo Negro 05:43
¿Qué pasa en el barrio? ¿Cuánta bronca hay que tragar? No estamos para descansos. Acá, en los Altos, se va a armar. Tumbas y tumberos, la vanguardia del malón. Transas, yutas y punteros en el control de la gestión. Ya suenan los bombos; van cruzando la ciudad. Baja guita o hay quilombo y alguien se lo va a fumar. Guita o ministerio, algo le vamos a dar. Berretines con los gremios, coimas para negociar. Pongan la que pongan, ya no hay pozo que tapar. Va pa´largo la milonga y esto no da para más. Miente que te creen, miente que algo quedará. Roba que se puede, que se roba y siempre hay más. Atracos y disparos sobre la calle mayor. El delegado señala y ejecuta el dictador. Sientan la miseria, hay otro mundo más allá; hay chicos que no necesitan una razón para matar. Danzas en el barro; fuego y purificación. Rito. Bestias en el fango. Noche de crucifixión. Truena la asonada; un conato militar. Se levanta el pueblo en almas: es ahora o no será jamás. Van para la plaza; hay un silencio de matanza. Pies de barro, piel de chapa, se abre calle la venganza. Rojas las banderas –hay una estrella en el montón- negro el odio que subleva y hace grande a la Nación. Miente que te creen, miente que algo quedará. Roba que se puede, que se roba y siempre hay más. Atracos y disparos sobre la calle mayor. Hay un pueblo que, en la plaza, grita: “no más represión” Pienso y me convenzo de que no es buena la venganza. Pienso y me pregunto quién inclina la balanza. Lujo, guantes blancos y proezas clandestinas. Verdugos y ahorcados no es designación divina. Sigo y me pregunto quién diseña la malaria. Sigo y me persigo que no es buena la venganza. Ser pobre pero honrado es ser digno, es ser un ejemplo. Dios así lo ha querido y tu debes obedecerlo. Es un descanso; te están jodiendo. ¿Qué estás pensando? ¿qué estás sintiendo? ¿Qué es tu paciencia? ¿tiene algún techo? ¿Qué es lo que somos? Somos lo que somos y la venganza es un derecho. ¿Querés ir el domingo a la Iglesia? ¿Querés ir a doblegar tu conciencia? ¿Querés trabajar para el Estado? ¿Querés aceptar como un soldado? ¡No! Ellos necesitan prolongar esta realidad. Quebrarte los sueños; obligarte a desanimar. Y no hay otro modo, no nos queda otra solución que quemarlo todo y acabar con esta puta maldición. ¡Arde! ¡Arde! ¡Arde el circo, arde!
3.
Para el motor detrás del descampado. Aguarda allí esperando la señal. A una legua esta el punto marcado; a cuatro, el centro de la ciudad. Si todavía estás vivo, tan mal no te va. Hay un portón que da al taller de al lado. Ahí tiene “El Boss” su casa y su cuartel. Y ahí le darán el fierro asignado (con un enano recortado, en la mano, es él) Tiene, a su paso, éxito o fracaso. Depende de lo que esté dispuesto a hacer. Él es un dios que esta resucitando. Mierda o millón es su apuesta final. Mirá, mirá cómo te está pegando. Mirá, mirá … si sos una rata apestada. Siempre esperando y siempre desafiando. Cómo es la suerte en esta vida condenada. “Yo no quiero estar cerca cuando caigan acá” Te marcó, la policía, en el Ford. Te marcó y, ahora, te están esperando. Un chacal a la deriva en el corredor. La sombra ha hecho, en él, su trabajo pesado. Irremediable. Silencioso y fatal. Pero ahora va. Va del otro lado. Y una última luz locura despierta su sed. Es su carteada. Tiene, antes que nada, tiempo y dinero para echarse a correr. Vienen, atrás, las hidras venenosas. Tres cortas y una para rematarte. Mirá, mirá cómo te están tirando. Mirá, sentí el olor de la plata quemada. Descartá la bolsa acá que está pesada. Tocá, tocá que no te estás perdiendo nada. Te están alcanzando. “Yo no quiero estar cerca cuando caigan acá” Te marcó, la policía, en el Ford. Te marcó y, ahora, te están esperando. Un chacal a la deriva en el corredor. Perdido en el fondo, perdido en el corredor.
4.
Rumor del puerto; un camino de sal. Sangre con tierra en las manos. Suenan sirenas allá, en la ciudad. Hay alguien cerca; alguien los ha llamado. Duendes del campo, ellos saben andar. Hay noches que están muy cerca. Cuando la niebla se empieza a alejar queda el perfume y alguna que otra huella. Cruz en la espalda y, en el paladar, un espeso resentimiento. Agrio regusto de que pudo ser más pero algo pasó en el medio. El amanecer vedará esa voz tan clara. Sola va a caer en toda la inmensidad. Toda la tristeza que pesaba en su mirada. Se esparce, ahora, sobre la tierra. El aire del monte es, en su maquinar, un paraíso en el viento. De sol a sombra cruzó el cañaveral. Quema unas horas que no volverán. Pesa la espalda pero eso está bien, eso es todo lo que tiene. Eso que pesa es el miedo a caer y al miedo se le teme. El amanecer vedará esa voz tan clara. Sola va a caer en toda la inmensidad. Toda la tristeza que pesaba en su mirada vuelve a reverdecer y él la vuelve a sacrificar. El dolor embiste y enseña a pensar. Ya decidió en su cabeza. Llaman los duendes; los oye chistar. Se pierde… se pierde entre la niebla. Arrea la noche, sale a caminar. Se va al encuentro del alba. Son esas horas en que le da por andar. Caminar solo libera el alma. Y mueve su cuerpo una inercia fatal. Piensa en todo lo que quiere. Empuña el arma, asume el final. Cierra los ojos y cree.
5.
Juan Pérez 03:04
Él es argentino. Es profesional. Padre de familia y empleador. Sabe, más o menos, de política (compra el diario y ve televisión) Quiere vivir en un país de instituciones. Quiere derechos, democracia y libertad. Pero cuando no le ha gustado un fallo judicial es el primero en salir a protestar. Él es un peligro caminando. Nada lo define en particular. Ni una convicción rige sus pasos. Nunca sabes para dónde va a disparar. Es un tipo anodino que no tiene un fuerte. Que teje, en su nido, su angustia de muerte. Que va por la vida sin sangre ni sueños. Se sabe pequeño y no da un paso más allá. Hace correr sospechas, rumores y más; no le viene bien ningún gobierno. Sólo se complace en desacreditar y hablar al pedo como un enfermo. No cree en nada porque nada le interesa. Es suspicaz y es muy irónico al hablar. Eso lo hace sentir orgulloso. Eso es lo que lo hace peligroso.
6.
La Colorada 06:45
Nada nuevo cuando sale a trabajar, nada nuevo cuando vuelve de la escuela. Ella duerme y su esperanza de linyera en la ciudad cuenta ovejas para un sueño que no llega. Ni un vestido de princesa en el placard (no es el molde que le cabe en esta vida) En su genio lleva el arte de surfearle al temporal; otro golpe y el dolor se hace rutina. Llegan ecos de una infancia americana con educación cristiana y dotes para el dramatismo. Ya nunca alcanza el agua bendita cuando Caperucita recobra el nihilismo. Perroviejo destino el que nos toca, piel tan remota, pariente cercana. Tiene de fiera la fama, de fuego la cama y de todos, la boca. Hay que verla bailando: no hay Dios que apague tanto Diablo. Es su pelo un ramo de fuego y su cuerpo, el infierno entero. Sueña con que un Neruda le haga saber de su hermosura. Pero yo no tengo otra espada que esta canción desesperada. Nunca supo qué pasó con su papá -que a su madre ni siquiera se lo nombren. Ella le decia que dejara de molestar; que ya la entendería cuando le hicieran daño los hombres- Es la sangre pura del Mediterráneo que bajó hace muchos años con una estirpe viajera que agarró y se puso la mochila al hombro y, ya huérfana, cargó con los escombros de la guerra. Cuando un pobre tonto sin gracia le deshaga la magia pondrá el grito en el cielo. Sabe apurar la manzana si el Adán que ella ama no le va con rodeos. Pero ocurre que desde el último invierno su corazón, que es un infierno, anda de mal de amores. Él estaba tan cansado de entenderla que un día la mandó a la mierda y no esperó que lo perdone. La placita es un postre cuando el Lobo juega en el Bosque. Ya no bancan las represalias como cuando el Negro hacía Plaza Italia. Sueña con que Sabina se la lleva de la Argentina. Y yo acá sin sacarle brillo a este opaco y sucio estribillo. Ni el arpón que hay en su pecho impedirá que en enero le haga dedo a los camiones. Quiere estar en la Quebrada, celebrar el carnaval y flashar fumando en el Cerro de los Siete Colores. Clava la mirada dura al horizonte y la pluma de Manara le dibuja las caderas. Ella da vuelta la cara y todo vuelve a comenzar como si el resto del mundo no existiera. Si todavía no se mete a un convento en duelo por las feromonas que mata el aburrimiento es por no romper el maleficio –si bien son gajes del oficio ella recrea en el sufrimiento- No es lo que le dijo aquélla curandera que le prometió quimera y le tendió sábanas negras. Y ella, una buena mujer casada, ya no estaba enamorada ni del hijo de su suegra. Hoy siente que de su cama nace muerta cada mañana. Que a su Dios le falta una prueba y un milagro a su fé de atea. Yo unas flores le invento y con canciones le pinto el cuento. Pero por más que le ponga empeño sabe Dios que la vida es sueño.
7.
¡Cómo se vive hoy en día! Esto no se aguanta más. Uno paga los impuestos y no tiene seguridad. Que te roban o te matan o te violan o te atan con tus tripas y las mastican o te venden un riñón. Son estos negros resentidos que ya no tienen remedio. Que tienen doscientos hijos para cobrar el plan del gobierno. Que ponen cumbia en los coches, que se ponen a cantar. Eso y ser un negro chorro es lo mismo … o me da igual. Que van de vicera, ropa Adidas y llantas Nike. Si estos quieren cumbia, cumbia les vamos a dar. Todo se arregla con balas. ¡Qué tanto “derechos”! ¡qué tanta “oportunidad”! Todo se arregla con balas. No hay que darle vueltas: a estos hay que hacerlos cagar. Metan bala, metan silla que la sociedad no los quiere acá. En los barrios, en las villas, allí es donde están. Los mandamos a matar. Comprás stéreos de arrebato porque es fácil y es barato. Pasás el semáforo en rojo, total nunca pasa nada. Si hay un mango sale usura. Cobrás y no das factura. Le vendés alcohol a los pibes y le pagás al oficial. Y asi transa el peluquero, también transa el verdulero. Todos transan y se quejan cuando transan los demás. Y así todo se hace grande y todos creen que no les cabe. Le dan pedal a la rueda y después no la pueden parar. Sos un tonto clase media que escupe para todos lados. Que va eructando prejuicios como un mono infradotado. Un imbécil miserable que es tan víctima como es culpable cuando el hambre de un negrito le pone el cuello en el andén. Porque “no hay derecho” Porque “quiénes se creen que son” Porque “algo habrán hecho” “Porque no son como yo” El pibito en la vereda que te pide una moneda. Vos no le das y no te importa; pero no le das porque sos gil. Y a la vuelta de tu casa hay una banda: te amenaza, te gatilla en la cabeza y eso te cabe por gil. Por mirar para el costado. Por no haberte involucrado. Por no haberte arremangado para dar algo de vos. Y ahora que el miedo a los pobres te pone a apurar las patas te ofendés y pedís cárcel. ¿Sabés qué? Vos sos una rata. Si no hablan ahora, si no denuncian la crueldad no quiero escucharlos, después, hablar de inseguridad. Todo se arregla con balas. ¡Qué tanto “derechos”! ¡qué tanta “oportunidad”! Todo se arregla con balas. No hay que darle vueltas: a estos hay que hacerlos cagar. Vengo de Altos San Lorenzo con fuego en el corazón. La amargura es mi alimento y el rencor, mi convicción. Un rincón de la Argentina donde el plomo es la verdad: balas son la medicina y balas son la enfermedad. Dejen se hacerse los tontos; es lo que tiene que pasar: si sigue habiendo injusticia seguirá habiendo inseguridad. ¿Es el mal endémico del sistema o es la nafta del motor? Le dan vueltas al problema y no le encuentran solución.
8.
Ella era mi novia… yo me apuraba y siempre era tarde. Fue la más sincera y fue la primera en engañarme. Me llamó una noche –sólo por esa vez se ahorró el reproche-: estaba pensando tirarse a un tren. No vengo a perdonarla (no puedo ser tan cruel) Vengo porque está sola en la madrugada. Me habló de algún sueño y que la trataba duro la vida. Que nada era eterno y que era, su historia, también la mía. Y yo que era un tonto que jamás sufrió un revés del cosmos no pude negarme y no me negué. No vengo a perdonarla (no puedo ser tan cruel) Vengo porque está sola en la madrugada. No voy a perdonarla (ya no tengo porqué) No quiero que esté sola en la madrugada. Sentí su mirada: como un corte me cruzó la cara. Y un viejo temor empezaba a volver. Fue una la noche y otra la mañana; me fui temprano. Y, en un día eterno, cielo e infierno me cabían en la mano. Se quedó molesta (fui a pincharle el globo en plena fiesta) Pero le hice falta y no le fallé. No vengo a perdonarla (no puedo ser tan cruel) Vengo porque está sola en la madrugada. No voy a perdonarla (ya no tengo porqué) No quiero que esté sola en la madrugada. Nunca sabré qué pasó en esa cama. Si ese era yo o era yo el que huía en la mañana.
9.
Yo tengo un amigo que se está portando mal; Se ha unido a una tribu de pistola y antifaz. Son como vampiros que dan vueltas a la ciudad. Salen a la noche y no volvés a verlos más. “Vamos a atracar de fantoche la ciudad” “Vamos a enseñarles para qué estamos acá” ¿Qué te está pasando que no se te ve la cara? ¿Cuál es la jugada? Si ni vos te la crees. Va a la pizzeria y no se la ocurre pagar; Pasa con las minas y lo tienen q bancar. Se le han pegado las mañas y en quitárselas se engaña: no hay peor imbécil que el que no se quiere ver. Vos eras un tipo perfectamente normal; Vos tenías amigos, novia y mucho para dar. Ahora estás tan solo que flasheás de perseguido. ¿En qué te has metido que no podes disimular? Ahí lo tienen al amigo: estatal y corrompido. Tiene una placa de bronce. Si lo ves, llamá al 911. Tiene unas monedas en el puterio de un bar Y en 60, un pibe que le sabe laburar. Por supuesto un par de minas (eso nunca se le olvida) Y tiene una barra que le baja populares. Y molestan: molestan a los giles, saben con quién meterse. Molestan a los pibes que no pueden defenderse. Y molestan y les encanta total… ellos saben que el Ministro los banca. Tiran más, pegan más y todo se te perdona si lo hacés “pa´ la corona” ¿o no sabés quién es la yuta? ¡La yuta hija de puta es quien dirige la batuta! Ahí lo tienen al amigo: estatal y corrompido. Tiene una placa de bronce … ¡es una locura! Preparate cuando vuelvas; el barrio te está esperando. Vos te querés matar. Y si me quieren hacer causa … … si me quieren hacer causa que la vengan a buscar.
10.
Pongo el pie en esa esquina y vuelve una historia pendiente. La puerta del Nacio es la entrada a un palacio donde algo está por revelarse, siempre. Te veo en la postal: arriba el vitraux de la iglesia. Abajo, en la vereda, cancanes, polleras y el sol que reverbera entre las plantas. Recordaría por siempre esa increíble visión. Allí la plaza florecía en cada rincón. Yo te quería ver siempre que llegaba a la escuela. Y hubo que un día vos me quisiste ver y yo no podía creer que sucediera. Fue un viaje medio oscuro que inició en el sexo a un nene de la 1. ¿Cómo iba a saber yo que era un señuelo? Que el primer vientito arrastró y levantó vuelo. Pasé de ser el héroe de la división a recibir consejos en la dirección: “¡Ay, querido! ¡qué fiestas te esperan! Si ves a los fantasmas sacalos afuera” ¿Quién se cree esta primavera? Tengo a todos en mi casa y tan solo está mi dolor. Yo te quiero olvidar y acá todos hablan de vos. Tengo a todos en mi casa; todos saben lo que pasó. ¿Qué tienen que opinar? ¿qué tienen que hablar de los dos? Tarde en el centro. Es septiembre, es un cuento. ¿Y si salgo y te vuelvo a encontrar? Qué chico se ha vuelto este pueblo. No quiero cruzarte ni verte ni hablarte; no quiero hacer nada en este momento. Ni ver que todo ha muerto. Vendrá, ahora, el tiempo de los duelos. Pasará y no nos veremos más. Tantas veces pensé en largarme de aquí. Tanto jetearon que ya me la veía venir. Saco las alas, me sacudo el hielo. Depongo las armas: se despeja el cielo. Salgo al balcón de mi pieza
11.
Nada que perder. Un pesado atardecer. Cae la noche y yo, alejándome de casa. Un dolor que llega al cielo, una pena a largo duelo y el consuelo de pensar que todo pasa. Ahora cargo la condena de elegir cuál será la escena. Un castigo merecido por no tomar en cuenta al destino. Siento que la vida es corta, siento que, ahora, nada importa. Que nunca se es soberano en el camino. Todos apartando al miedo por un par de meses más que son migas cuando la verdad no alcanza. Si estás tirado en la cama. Si en cualquier fin de semana un mal sueño te devuelve al más allá. Caigo como un gil: la noche se hace larga y entro, al fin, en el corazón de la madrugada. Miro alrededor y todo lo que tengo es un montón de armas olvidadas esperando una batalla que ya no será dada. Todos apartando al miedo por un par de meses más que son migas cuando la verdad no alcanza. Si estás tirado en la cama. Si en cualquier fin de semana un mal sueño te devuelve al más allá. Un arma se llama dolor. Le da, a la carne, un resplandor que la curte y la hace más bella. Que empuja a la cima el ardor, fuego de la revolución, que acuña, en el cielo, una estrella. Es la soledad que te sigue a donde vas; que te espera en casa enfriándote la cama. Que te tira en un rincón, frente a la televisión, fantaseando gobernar las coordenadas. Todos apartando al miedo por un par de meses más que son migas cuando la verdad no alcanza. Ni vos tirado en la cama ni tu gloria devaluada van a salvarte de lo que te pueda pasar. Cuando te gane el recuerdo, cuando te llegue el momento vas a entrar a transpirar
12.
Cada vez que me pierdo, que en el dolor siento que me entierro o que veo alienado al hombre de pueblo que sigo siendo, vuelvo al rumor del barrio, al banco de la escuela; al aire del Balneario, al patio de la abuela. El pueblo esta primero: volver para mi pago es lo que yo quiero. Uno que, en la rutina, no ve que se le pasa la vida debe aprender a no andar a las vueltas por tonterías. ¿Qué se hicieron los años? ¿cuándo pasó este tiempo? ¡cómo estará mi barrio!… volvería, aunque sea un momento. El pueblo esta primero: volver para mi pago es lo que yo quiero. Me quedé varado aquí, en medio del juego. No lo había pensado así; si este era mi destino, yo no lo quiero. Quiero mi gente y mi lugar; son las cosas que quiero más. Es lo que me quedará. Nunca olvidé mi camino … cómo podría pasar: cómo podría olvidar mi pueblito querido.

about

Grabado en estudios Picante y La Marca durante los meses de marzo, abril y mayo de 2013.
Mezclado en estudio Ultrajazz durante los meses de junio y julio de 2013.
Masterizado en estudio Steps Ahead Sound en agosto de 2013.
Ingeniero de grabación y de mezcla: Gustavo Bilbao
Ingenieros de masterización: Gustavo Fourcade y Gustavo Bilbao
Doctor de baterías: Martin Giovine

Nicolás Franchino: voz, coros, guitarras acústicas y guitarras eléctricas
Daniel Albariño: guitarras eléctricas
Walter Biscochea: guitarras eléctricas, coros y voz en tema 9
Raúl Riveros: bajo, voces y coros
Jacobo González: teclados y coros
Leonardo Dettano: baterías
Pablo Ontivero: saxo, armónica y coros

Músicos invitados:
Rosario Palma: acordeón en temas 5 y 12 y coros en tema 12
Julio Pace: saxo alto en temas 6, 7 y 9
Facundo Cucco: trompeta en temas 1, 2, 7 y 9
Mariano Raggio: trombón en temas 2, 3 y 9
Gustavo Bilbao: coros en tema 12

Arte de tapa: Diego Mazante

Letras y músicas por Nicolás Franchino
Arreglos de Che Payaso

Producido por Che Payaso

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released August 11, 2013

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ChePayaso La Plata, Argentina

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